El ORIGEN DE LAS RUNAS
El misterio de Runamo.
Runamo es un lugar cerca de Brakne-Hoby, Blekinge, Suecia.
Sobre una cresta de roca dolerita, durante siglos se han escrito extrañas escrituras, que por las leyendas locales siempre han sido consideradas Runas.
Su extensión es bastante amplia, estamos hablando de una tira de escritura de 22 metros de largo, y está formada por signos grabados en la roca de granito.
En el siglo XII, cuando las runas todavía eran muy populares en Suecia, la interpretación de la secuencia era desconcertante. Las tradiciones locales decían que esas Runas contaban los resultados de la gran batalla de Bravoll, que aproximadamente en el 700 vio el ejército de Harald Hilditonn oponerse al ejercito de Sigurd Hring.
Un siglo después, el historiador medieval danés Grammaticus Saxo habló del lugar, describiéndolo como «un acantilado con un camino … decorado con extrañas grafias». Concretamente, el camino que sube desde la orilla está bordeado por dos hileras de grabados. Y contó cómo el rey danés Vladimir el Grande pidió a sus sabios que estudiaran la inscripción. Ellos escribieron los signos en tabletas, sin lograrlos descifrar.
La investigación continuó durante siglos, sin mayor éxito.
En 1833, la Real Sociedad de Dinamarca organizó una expedición para desentrañar el misterio, dirigida por una de las más grandes eminencias de la época, Finnur Magnusson de la Universidad de Copenhague. Magnusson pasó 10 meses estudiando la banda de Runas, sin obtener ningún resultado, y justo cuando estaba a punto de rendirse, tuvo una intuición: las Runas estaban unidas y escritas de derecha a izquierda. Y así, en un estado que podríamos definir como de trance, empezó a reconocerlas y traducirlas.
Apareció, entonces, un refinado poema, compuesto de largos versos de métricas eddicas (Fornyrdislag). La parte mas importante, traducida, sonaba así:
«Hildekind conquistó el reino
Gardar grabó las Runas
Olaf fue juramentado
Que Odin santifique la magia
Que el rey Hring se reduzca a polvo
Los Elfos, que aman a los Dioses,
Tienen que dejar a Ola Odin y Freyr
Y la carrera de Ace
Debe destruir
Para destruir
Nuestros enemigos
Dada a Harald
La gran victoria».
No era otra cosa que la descripción de la batalla de Bravoll, exactamente como decían las leyendas locales.
El descubrimiento de Magnusson fue recibido con gran clamor y entusiasmo.
Pero solo 2 años después, algunos geólogos reanudaron su investigación y mostraron que los signos que se pensaba que estaban grabados, no eran más que costillas naturales de la roca, talladas por el Tiempo.
Nadie se atrevió a criticar o menospreciar el trabajo de Magnusson.
Mirar lo que Nigel Pennick comenta en su libro “Rune Magic”: “Es importante preguntarse cómo un ejemplo tan ingenioso de poesía nórdica antigua pudo haber sido extraído de motivos rocosos naturales. No puede ser relegado al rango de vulgar engaño. Magnusson era muy respetado, sus habilidades y honestidad nunca fueron cuestionadas, y estaba claro para todos que era sincero y que había tenido una penetración intuitiva genuina del mensaje de la roca ”.
Para luego concluir: “finalmente la cuestión quedó sin resolver. La ciencia materialista de la década del 1830 no tuvo tiempo para dedicarse a la psicología chamánica y los vínculos físicos inmateriales. Nadie señaló que, aunque los geólogos hubieran demostrado que las inscripciones eran naturales, esto no impedía que fueran interpretadas como Runas ”, y que, como tales, tenían su propio significado y significación.
El misterio, de alguna manera, sigue tambien hoyendia, ay que a partir de este evento, que pasó a la historia, muchos estudiosos interesados en la mitología nórdica se acercaron gradualmente al misterio de Runamo, yendo allí para ver las señales y comprobar la traducción de Magnusson. Y comparando los grabados que ellos mismos habían encontrado, con los reportados por Magnusson, se dieron cuenta de que las Runas habían cambiado, ¡que el significado de las inscripciones ya no era el mismo!
Y esto se ha repetido a lo largo de los años, hasta la actualidad. Muchos, de hecho, argumentan que su mensaje, como su apariencia, cambia con el clima, las horas del día y los días del año, dependiendo de la posición del Sol y el estado mental del espectador.
Las Runas parecen revelarse según el estado de conciencia del observador.
Sin duda, podemos decir que se trata de un fenómeno «extraño», que expresa perfectamente la esencia del descubrimiento interior que se encuentra en el centro de los misterios rúnicos.
Por eso argumentamos fuertemente que las Runas son Universales, son un Código Sagrado, uno de los Idiomas que usa la Naturaleza, y que, como tal, nos conectan con las Esencias íntimas y con el Cosmos.